Vete y no vuelvas.
Vete a algún sitio, un lugar,
que yo no haya visitado.
En algún momento, un instante,
en el que yo no esté enterado.
Vete lejos, no vuelvas aquí.
No quiero que sigas enamorada de mí.
Vete pronto, no tardes tanto.
Con otro hombre, bajo otro manto.
Quiero que me odies.
Quiero que me detestes,
que no me ames,
que no me aceptes.
Quiero que me olvides.
Quiero que me aborrezcas,
que no me quieras
ni tener cerca.
Te digo adiós,
para perderte.
Te digo adiós,
para no volver a verte.
¿Ella me ama?
El rocío de las flores,
huelo al despertar.
En ellas mis mil amores
no cesan de recordar.
Por la noche el grillo canta,
la serenata del amor,
¿cuántas veces la habré escuchado?
Estropeando mi corazón.
Mi latido se ralentiza,
ya no puedo respirar.
¿Qué esperas que haga ahora?
¿Qué a ti vuelva a renunciar?
Mucho me costó encontrarte,
no te dejaré de amar.
Y aunque tu quieras dejarme,
no te dejaré marchar.
Hada que ahora vuelas en los cielos,
baja y escucha mis ruegos.
Haz que ella se me enamore,
procuraré cumplir tu deseo.
Tu eres mi Todo.
Eres mi reina, mi vida,
la única que tiene la llave de mi corazón.
La princesa de mi propio mundo,
por ti pierdo la razón.
El más hermoso ave de mi cielo.
Mi mayor tesoro, mi anhelo.
La sombra en el desierto.
El calor en el invierno.
El infinito de mi tiempo.
La sirena de mi mar.
Mi único deseo,
jamás te podré olvidar.
Te escribo este poema,
con total sinceridad.
No te daré problemas,
tan solo te quiero amar.
Te necesito para vivir.
Te necesito para respirar.
Como Michael Jackson a la música.
O como Pablo Picasso al pintar.
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