El pasado mes de marzo, la profesora Estela Cacho Triguero, invitó a sus alumnos de Atención Educativa a conocerse mejor mediante un taller de "mindfulness", que tuvo dos partes.
En el primer quesito hemos tratado el autoconcepto que tengo de mí mismo. Si hiciera una lista de mis fortalezas y debilidades de mi mismo, ¿cómo saldría esa lista, con más fortalezas o con más debilidades? Las respuestas de los alumnos nos lleva a la realidad de un mundo en el que los estamos obligando a ser "perfectos" (obteniendo sobresalientes, siendo amables, etc.). Y este exceso de expectativas puede generar en el niño la sensación de no estar nunca a la altura, llevándolo hasta el punto de que les resulta difícil reconocer qué tienen de bueno.
El segundo quesito se ha referido a la autocreencia, esto es, ¿cuánto creen en ellos mismos en relación a un reto? Sus impresiones, en este caso, se sitúan en una media de 4-5, siendo, en una escala de 0-10, no voy a conseguirlo a lo seguro. La incertidumbre ante algo nuevo gana al conjunto de recursos de todo lo que ellos han conseguido ya en sus vidas. Como docentes y padres, debemos ayudar poniendo el foco en lo logrado como una manera de potenciar lo que está por venir.
Autorrespeto o ¿cuánto te respetas? fue el protagonista de nuestro tercer quesito. Los adolescentes descubren, mediante el ejemplo de "comerse una gominola por cada vez que miran sus teléfonos móviles a lo largo del día" que la comparación con los demás les roba tiempo y pérdida de ese autorrespeto, saliendo de media un cinco, siendo
El cuarto quesito o autoimagen resulta difícil de definir para los estudiantes. Se les transmite a los alumnos que en función de cómo te ves, así te sientes. ¿Qué nos lleva a vernos mal entonces frente al espejo? ¿La imagen "perfecta" que vemos, a diario, en las redes sociales? Nuestro reflejo no es igual, no alcanzamos a "ese tipo de gente", "no damos la talla", "estamos siempre por debajo del resto", ellos marcan lo que es bonito y lo que no...Esta supremacía de la imagen genera una continua sensación de insatisfacción. Ni adultos ni jóvenes estamos siendo conscientes del bombardeo que tenemos de las redes sociales, de medir nuestra autoestima en cuanto al número de "likes".
La autoaceptación es el proceso de reconocer y aceptar todos los aspectos de uno mismo, incluyendo las características positivas y negativas, sin juzgar ni criticar. Implica tener una actitud compasiva y amorosa hacia uno mismo, independientemente de las imperfecciones o áreas de mejora que puedas tener.
El quinto quesito lo forma el autorrespeto que se relaciona estrechamente con la autoaceptación, ya que implica tener un profundo respeto y aprecio por uno mismo. Esto significa reconocer y valorar tus propias necesidades, derechos y límites. Cuando te autoaceptas, te estás mostrando respeto al reconocer y aceptar quién eres, lo cual es fundamental para desarrollar un sentido saludable de autorrespeto. Por otro lado, la autoimagen se refiere a la percepción que tienes de ti mismo, incluyendo tu apariencia física, habilidades, personalidad y otras características. La autoaceptación influye en la autoimagen de manera significativa, ya que te permite aceptar y apreciar todas las partes de ti mismo, tanto las que te gustan como las que no te gustan tanto. Una autoimagen saludable se construye sobre la base de la autoaceptación, ya que te permite ver tus cualidades positivas y reconocer que las imperfecciones son parte natural del ser humano. En resumen, la autoaceptación es fundamental para el desarrollo del autorrespeto y una autoimagen saludable, ya que implica aceptar y valorar todos los aspectos de uno mismo, lo cual es esencial para cultivar una relación positiva y compasiva con uno mismo.
Para terminar con los ingredientes que contribuyen a la construcción de una autoestima sana, hablamos de la autoevaluación. La autoevaluación funciona como un espejo mágico que nos permite ver quiénes realmente somos. Este proceso es fundamental para los adolescentes para construir una autoestima sana. Pueden evaluarse a sí mismos y encontrar sus fortalezas y debilidades. Es como plantar semillas en un jardín: al reconocer lo que hacen bien y lo que necesitan trabajar, desarrollan una imagen más clara y positiva de sí mismos. Esta práctica les ayuda a aceptarse a sí mismos y a desarrollar confianza, lo que los prepara para enfrentar los desafíos de la vida con determinación y optimismo.La actividad de la alfombra mágica es una excelente opción para realizar en entornos grupales, como el aula, con el propósito de fortalecer la confianza de los participantes, especialmente los niños y adolescentes. Asimismo, contribuye al desarrollo de habilidades sociales y fomenta actitudes más tolerantes en los mismos.
¿Qué es la técnica de la alfombra mágica?
La técnica conocida como la "alfombra mágica" surgió inicialmente como un juego divertido, pero con el tiempo se ha convertido en una actividad esencial que aporta múltiples beneficios a los niños y adolescentes,, mejorando su actitud, reduciendo su estrés y, en última instancia, fortaleciendo su confianza en sí mismos.
El nombre "alfombra mágica" se inspira en los cuentos de Oriente Medio, como el de Aladdín, donde una alfombra es utilizada como medio de transporte. En esta actividad, se emplea una alfombra imaginaria, y el término "mágica" refleja el elemento especial y transformador que esta técnica tiene en los estudiantes que participan en ella.