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viernes, 18 de enero de 2019

Hola a tod@s,

Durante las dos semanas previas a las vacaciones de Navidad hemos celebrado en la biblioteca de nuestro centro el "Primer concurso de vampiros del IES Ramón Carande". Los alumnos participantes han tenido que investigar sobre las características de los vampiros (cuánto tiempo viven, cómo pueden morir, etc.) y también conocer algo más sobre las leyendas que han llegado hasta nosotros a través de la literatura (las strigoi, la duquesa sangrienta, Drácula...) sin olvidar la más reciente saga Crepúsculo, que seguro todos conocéis.

Las alumnas que han llegado al final respondiendo correctamente a todas las preguntas han sido Patricia y Ángela, de 1ºESO B. Desde aquí felicitamos a las campeonas, que han recibido como premio dos libros sobre vampiros:

- Crepúsculo, de Stephenie Meyer
- Diario de un vampiro adolescente, de Tim Collins

No lo olvidéis, si queréis saber más sobre vampiros en Librarium podréis encontrar estos dos libros y ¡ muuuuchos más !


¿Y qué son? ¿Qué son los fríos? Sonrió sombríamente. Bebedores de sangre -replicó con voz estremecedora-. Tu gente los llama vampiros. "Crepúsculo" (2005), Stephenie Meyer



miércoles, 3 de diciembre de 2014

LITERATURA ILUSTRADA. LA FABULA.



LAS FÁBULAS.



Ya sea dentro de la narrativa, de la lírica o del género didáctico, la fábula es uno de los textos literarios más breves, pero a la vez más interesante por su concisión y la gran enseñanza que nos dejan a través de la moraleja, la cual puede ser explícita, cuando el mismo autor nos la da o implícita, cuando nosotros como lectores debemos deducirla.

Su origen es incierto, pero casi todos los libros que abordan este tema comentan que se originó de la tradición oral de los pueblos en Oriente, específicamente en la India donde se encontraron las primeras fábulas documentadas en El Panchatantra, cuyo autor se afirma fue el filósofo hindú Bidpai. Estas historias se dice que fueron traducidas en lengua persa, y posteriormente las conocieron los árabes.

 
 En el siglo VI a.C, a través de Esopo, en Grecia se da un nuevo resurgimiento de la fábula junto con Fedro, en Roma. Ambos autores fueron esclavos que se desempeñaron como pedagogos y con sus relatos procuraban enseñar valores éticos a los niños a su cargo. Estas fábulas se clasifican hoy en día como Clásicas.




 
 Con el paso del tiempo, autores como Tomás de Iriarte, Jean de la Fontaine y Félix María Samaniego también escribieron fábulas variando la modalidad de verso y prosa, pero la mayoría estaban influenciadas por el cristianismo y planteaban la posibilidad del ser humano de cambiar su naturaleza y mejorar su conducta a partir, paradójicamente de ridiculizarla. Estas fábulas se clasifican como Neoclásicas.

 
 A finales del siglo XIX y principios del XX se da una renovación en este género con autores como José Joaquín Fernández de Lizardi, y el cambio de 360 grados lo da Augusto Monterroso con su muy particular forma de escribir fábulas. También lo hicieron Emilio Rojas y José Rosas Moreno. Estas fábulas se clasifican como Contemporáneas.

1.    Aquí os dejamos un acceso para que podáis leer un montón de fábulas.
 
                         Las mejores Fábulas de Todos los Tiempos - Carmelo Urso

miércoles, 19 de noviembre de 2014

RELATO CORTO.




-¡Calla! No insistas, la decisión está tomada desde hace tiempo y debemos seguir los planes marcados. Si notan que nos desviamos del camino tomarán represalias contra nosotros.
El joven se notaba nervioso, desconcentrado, aterrado. Notaba que el asunto se les estaba yendo de las manos.

Su plan era complicado y no falto de riesgos. ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar? Y sus compañeros, ¿arriesgarían todo por este asunto como pensaba hacerlo él? Cada vez que pensaba en las consecuencias más se aterraba. Sería mejor lanzarse hacia adelante y no pensar tanto en las consecuencias, sobre todos si las consecuencias resultaban ser nefastas y desastrosas para todos.

-El plan está en proceso desde hace meses, comento Jack a sus compañeros. No podemos parar ahora, pues como sepan que no seguimos con el plan establecido nos quitarán del medio a todos, a todos sin excepción.
- Ya, pero podríamos largarnos antes de que todo esto empiecen, comentó Bruno. Puede que tengamos el tiempo justo para salir del país y perdernos por el mundo.
- Nos cogerían antes de poner un pie fuera de esta ciudad, repuso Jack. Nos vigilan. Siguen nuestros pasos. Estamos controlados noche y día. Ellos saben todo de nosotros. Antes de haber dado nosotros un paso, ellos son conscientes de lo que vamos a hacer. Nos tienen bien cogido. Tenemos que seguir con el plan. Además, después del esfuerzo y  las horas de trabajo en llevar a cabo esta misión…
- Vale. No dudaremos más. Seguiremos adelante con esta misión. Pero debemos conocer las posibles salidas por si esto no nos sale bien.
- No es el momento. ¿Estamos todos dispuestos a cumplir nuestra misión?
En el pequeño taller de motos se oyó un único y unísono SÍ.
Jack empezó a repasar el plan. A las 15 horas nos encontraremos todos en el aeropuerto. Dentro del aeropuerto. Dos horas antes entraremos sin levantar sospechas, con actitud tranquila y serena. Iremos ocupando nuestros puestos y ocupaciones. No quiero dudas de última hora. ¿De acuerdo?
Todos asintieron con sus cabezas en actitud sumisa a su líder. Todos a una.

La primera parte de la misión era acceder al Aeropuerto Internacional Federal. ¿Cómo habían planeado acceder a uno de los lugares más seguros del país sin levantar sospechas? El plan estaba decidido hace tiempo. Entrarían infiltrados como trabajadores de pistas, sustituyendo a los trabajadores titulares, que no llegarían al lugar de trabajo, ya que serían interceptados en el camino y conducidos al taller de motos donde ahora se reunía el grupo. Allí permanecerían encerrados y custodiados por dos hombres, hasta que todo acabara. A las 3 de la tarde, cada uno de los 7 miembros de los denominados “camisas blancas” estaría situado justo en su puesto de trabajo; puesto de trabajo que conocían perfectamente al expiar y observar las faenas que los trabajadores de pista realizaban a diario.
Pero,  ¿qué hacía este grupo de aparentes terroristas en la pista del más importante aeropuerto del país? Estaban esperando un avión. Pero no era un avión cualquiera, estaban esperando el avión del presidente. ¿Para qué? Pronto lo sabremos.

Ese avión tan esperado aterrizaría en la pista C-5, y allí estarían los componentes de nuestro grupo, cada uno en su puesto, armados y atentos a las órdenes ya conocidas para poder ejecutar el plan establecido.
A las 15,15 una voz de mujer anunciaba por la megafonía del aeropuerto, la llegada del avión presidencial. En dos minutos estaría en la pista, y ellos deberían estar muy cerca del avión, tan cerca como les sea posible para poder cumplir su cometido.

El avión tomó tierra y se deslizaba lentamente hacia su punto final, donde varios coches negros esperaban unos junto a los otros, y de los cuales, minutos antes habían descendido una multitud de hombres de negro, con sus gafas de sol negras, de cuerpos fornidos, rostros impasibles y armados, armados hasta la médula. Contando por encima podría haber solamente allí unos quince guardaespaldas. Pero pocos metros más allá, seguramente esperaran otros tantos. Era cuestión de andar con pies de plomo, de no llamar la atención y de acercarnos poco a poco hasta el avión. 

Pero cuál era nuestro trabajo y cometido en la pista. Aquí viene la segunda parte del plan. La función de dos de los hombres era acercar unas escaleras por las que debía descender el presidente. Otro hombre accedería por las escaleras para manipular la puerta desde fuera, y junto a este tercero, subirían otros dos simulando ser guardias de pista para custodiar la salida del presidente y sus acompañantes.
Se acercaba el momento más importante de la misión. De los siete hombres, tres podrían entrar en el avión de una manera fácil. Los otros cuatro deberían salir de allí lo más rápido y seguro posible, sin levantar sospechas.
Finalmente el avión se detuvo. El primer paso, acercar las escaleras, estaba en marcha. Un pequeño vehículo ocupado por dos hombres arrastraba unas escaleras. Pasaron por delante de los hombres de negro. Todo iba bien. Los hombres de negro parecían entretenidos con conversaciones, risas y bromas. Las escaleras se desengancharon del remolque. Los dos hombres la manipularon para aproximarla a la salida del avión. Una vez ajustada, otro coche se acerca hasta el avión. Se detiene y de él bajan tres hombres, dos guardias de pista y el piloto del coche. Se disponen a subir por las escaleras cuando dos hombres de negros se les acercan. Les obligan a identificarse antes de dar el visto bueno para que sigan subiendo escaleras arriba. Suerte que las falsificaciones hechas con antelación son bastante fiables. Los guardaespaldas dan el visto bueno. Gracias a que no les han registrado, pues dentro de sus ropas llevan pequeñas pistolas y algún que otro explosivo de elaboración casera. El camino está despejado y los tres hombres subían las escasas escaleras que les llevaba hasta su meta. Llegaron al final y avisaron por la radio a los de adentro. En un minuto la puerta se abriría. Los de abajo, los guardaespaldas, se distribuyeron entre los coches y las escaleras, esperando el descenso del presidente.
Pero antes de abrir la puerta del avión tenemos que resolver la situación de los cuatro hombres que van a quedar en la pista. Dos de ellos, encargados de aislar la zona donde el avión presidencial se encuentra, acaban de deslizarse hacia el interior del aeropuerto, y podrán salir, con suerte, del lugar, antes de que todo se complique. Posiblemente los dos operarios de las escaleras corran peor suerte, ya que permanecen en el coche al lado de las escaleras. Cuando la puerta se abra y se vuelva a cerrar, su situación puede ser complicada.

Y llegó el momento. La puerta empieza a abrirse, poco a poco. Pero no hizo falta más que un pequeño hueco para que nuestros tres hombres se abalanzaran dentro y la puerta volviera a cerrarse de inmediato. Dos situaciones paralelas, las de los que se encuentran dentro del avión y los que están en la pista. Dentro no se oye nada. Fuera todo parece confusión, prisas, teléfonos que intercambian información, hombres armados que se refugian tras puertas de coches abiertos. Por suerte nadie se fija en los dos hombres que retroceden en un coche-grúa de traslado de escaleras autorizado por uno de los hombres de negro, sin ni siquiera prestarles la menor atención.
En pocos minutos estarían fuera del aeropuerto y camino del pequeño taller de motos donde se encontrarían con sus otros compañeros y permanecerían el tiempo justo para cambiar de aspecto y salir del taller en un coche en dirección al punto B, muy lejos de esta ciudad y donde esperarían nuevos acontecimientos. Si todo va bien, saldrán del país en pocas horas.
Volvemos al aeropuerto, donde nos encontramos un avión presidencial capturado por tres hombres. Esta zona del aeropuerto queda totalmente aislada. En cinco minutos el ejército está en la pista. También la SIA está en el lugar, y ha tomado el control de la situación. Después de veinte minutos, la ventanilla de la cabina del avión se abre, y una bolsa cae al suelo. La ventanilla se cierra inmediatamente. Todas las ventanas del avión están cerradas. No se puede ver nada.

Los hombres de negro recogen la bolsa y se la entregan al jefe de operaciones especiales de la SIA. Dentro de la bolsa encuentran todos los móviles de los viajeros del avión presidencial, los de los pilotos y azafatas. También encuentran un escrito. El jefe de operaciones comienza a leer lo que parece ser  una petición de las personas que han tomado por rehén al Presidente y sus acompañantes.
Dentro del avión se encuentran veinte personas, más los tres hombres de nuestro grupo los “camisas blancas”. El piloto y su dos ayudantes, tres azafatas, el Presidente y su séquito, compuesto por cinco guardaespaldas, y el resto, distintos asesores del Presidente.
Pero qué dice el comunicado?
“Esto es un secuestro. El Presidente, su séquito de asesores y los miembros de la tripulación permanecerán retenidos dentro de este avión. Nadie se acercará al avión sin nuestro permiso y autorización. Nos comunicaremos a través del teléfono del presidente. Nuestras exigencias, para liberar al presidente y todos sus acompañantes son las siguientes:
1.- la liberación de todos los pacifistas arrestados que se encuentran en las distintas cárceles del Estado.
2.- la aprobación en el Congreso de la ley de Seguridad Social gratuita para todos los ciudadanos.
3.- la aprobación de la Ley que regule la situación de los millones de inmigrantes ilegales del país, concediéndoles la nacionalidad.
4.- sacar al ejército de los países donde está interviniendo actualmente en el plazo de una semana.
5.- cierre inmediato de un listado de industrias muy contaminantes, repartidas por todo el país.
6.- perseguir y castigar todos los casos de corrupción que vive nuestro país, llevando a la cárcel a todos aquellos que se queden con dinero público y se lucren de la riqueza de un país.
Si ustedes van cumpliendo y van ejecutando estas propuestas, iremos liberando día a día a los rehenes. Cuando todas nuestras peticiones se hayan cumplido soltaremos finalmente al Presidente.
El oficial en jefe y sus ayudantes de la SIA leen y releen detenidamente este manifiesto. Se decide enviar estas peticiones al Vicepresidente. En comité especial se decide qué hacer. Hay varias posibilidades: liberar por la fuerza el avión, con el riesgo que eso entraña; negociar parte de las exigencias y llegar a un acuerdo para poner fin al secuestro, o cumplir a rajatabla. La primera solución se descarta. Se decide poner en marcha el segundo plan.
El vicepresidente elige a un negociador de su confianza para llevar a cabo este plan, y transmitir a los rehenes los pasos a seguir.
El teléfono del presidente se utiliza para hablar con los rehenes, que disponen del teléfono del piloto del avión. Se da el visto bueno por parte del gobierno para cumplir con los puntos del ultimátum. Todos de acuerdo, en principio. Pero agentes de la SIA tienen un segundo plan: liberar al presidente por las bravas.
A la caída de la noche, cuando todo está en silencio, una fuerte explosión despierta de su duermevela a los que se encuentran cerca del avión. La imagen es dantesca. El avión del presidente arde totalmente en llamas. A pesar de la rapidez de los bomberos, nada se puede hacer por evitar las llamas. Todo ha acabado, las buenas y sensatas pretensiones de un grupo ecologista autodenominado los “camisas blancas”, las vidas de varias personas, sus sueños, pretensiones, esperanzas, y la vida de un Presidente al que no todos querían.

Transcurrida dos semanas, todo quedó claro. Agentes de la SIA, el servicio de inteligencia había sido el responsable de hacer saltar por los aires el avión del presidente con todos sus ocupantes dentro. Pero por encima de ellos, personas del mundo de la política, del partido rival, habían decidido eliminar a un presidente que, según ellos, estaba actuando de forma peligrosa a favor de la población inmigrante, de los más necesitados, contra la intervención militar, con clara reducción del ejército y del armamento, que estaba luchando por evitar el cambio climático y que se estaba acercando para tender la mano de líderes mundiales que siempre fueron enemigos.
Toda esta política asustaba a los más conservadores y habían elaborado esta trama. Empezando por constituir el grupo de “camisas blancas”, inmigrantes ilegales en el país, y a los que habían adiestrado para llevar a cabo esta misión, que desde el principio tenía un fin dramático. Estos ilegales estaban amenazados. Si no cumplían el plan establecido morirían ellos y toda su familia. Y se perseguiría la inmigración ilegal. Por lo que no les quedaba otra que llevar adelante esta misión, esperando que todo acabara felizmente. Pero el final de algunos de ellos sería trágico, como ya conocemos.
Todo esto maquinado y pensado para acabar con un hombre, con una política aperturista y liberal, y con la llegada de un país más humanizado, pacífico e igualitario.
Más el efecto producido por este acto de horror hacia el presidente y los ocupantes del avión presidencial, tuvo un efecto contrario, y la propia sociedad fue capaz de culminar la política de libertad, igualdad, y bienestar emprendida por su presidente.

FIN.

 
Agradecemos la colaboración de los alumnos de 1º, 2º y 3º de la ESO.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Recordando.



IIª EDICIÓN DE LA CREACIÓN DEL RELATO CORTO.

“RECORDANDO”.

¿Cómo es posible tanta frialdad ante un hecho así? ¿Cómo es posible tanta crueldad por parte del ser humano? No dábamos crédito a lo que estaba pasando. Sofía y yo, envueltos en una muchedumbre, intentábamos sin éxito socorrer a los más débiles.


De repente la multitud nos empujó y casi nos caemos. Entonces, se nos derramaron por el suelo algunas provisiones y los más rápidos fueron a cogerlas. Esas provisiones eran para los más necesitados y teníamos que regresar por ellas al campamento. Un hombre muy extraño nos guió hasta él y nos aseguró que allí estaríamos a salvo hasta que se aplacara la multitud. Permanecimos allí unos minutos y, cuando todo estaba más tranquilo, cogimos las provisiones y fuimos a llevárselas a los demás.

Al regresar al lugar de lo ocurrido, nos percatamos de que allí había un almacén grande, oscuro, y con la puerta entreabierta. Entramos con cautela y, mientras lo explorábamos, entraron dos hombres armados dando fuertes voces, encendiendo las luces e intentaron atacarnos. Nos ataron las manos y pudimos observar, ya con la luz, que en un apartado del almacén había personas con aspecto andrajoso y muy débiles. Nos miraron con ojos de súplica: podíamos ser su salvación. Cuando se fueron los que nos ataron, intentamos desatarnos y, por fin, lo conseguimos. Cogimos los alimentos y fuimos rápido a socorrer a los retenidos. Se ponen a comer ansiosamente y los sacamos del almacén lo más rápido que pudimos, ya que algunos estaban muy débiles.


Nos dirigimos a un bosque para buscar un lugar seguro. Encontramos un refugio donde había personas que podían ayudarnos. Ellos pudieron cambiarse de ropa, y los que estaban más enfermos fueron atendidos con mayor atención. Sólo nos quedamos allí el tiempo que necesitaron para su recuperación los más enfermos.

Regresamos todos a la plaza de la aldea, donde sucedieron hechos tan crueles: maltrataron a los vecinos y algunos fueron asesinados, a las mujeres las violaron y los niños fueron separados de sus padres y llevados a no sabemos dónde; incendiaron sus casas…¡Cuánto dolor al recordar tanta crueldad!

Sofía y yo, al recordarlo, se nos ponían los pelos de punta. Recordar todo el dolor y el sufrimiento que se veía en la imagen de aquella plaza. Cuando volvimos el mes pasado con unos niños que querían restaurarlo, nos preguntaron que si le podíamos contar la historia completa, y así hicimos. Cuando acabamos de contar la historia, todos los niños estaban asombrados con la crueldad de algunas personas. Así que todos se levantaron y se pusieron a limpiarla. Al acabar de quitar todas las cosas viejas, se pusieron a pensar cómo poder darle otra imagen a aquella aldea, que hace tiempo había vivido un hecho cruel.


Restauramos todas las casas, las pintamos y les hicimos un nuevo tejado. Pero eso no podía quitarnos de la cabeza aquella horrible historia. Entonces, para seguir cambiando aquello talamos todos los árboles y plantamos enormes y verdes. Era una imagen nueva de la aldea. No tenia nada que ver con la antigua.
Todos los habitantes del pueblo estaban asombrados con esa nueva imagen. Hicieron una fiesta para celebrarlo, aunque algunos habitantes seguían sin olvidar aquellos horribles momentos. ¿Qué más podríamos hacer para olvidar aquellos horribles momentos?

Todos estábamos muy contentos por la reconstrucción de toda la aldea. Las familias pobres de la aldea mejoraron su situación.
Un día, pensaron exponer la aldea al mundo entero, como una de las aldeas más bonitas e importantes, para poder optar a un premio. Cuando la intentaron exponer se dieron cuenta que no había ningún premio, todo se lo había inventado un aldeano. Cuando Sofía y yo vimos al aldeano que se lo inventó, recordamos su cara, pues era el secuestrador que se había escapado de la cárcel y quería entretener a los aldeanos para volver a destruir la aldea.

El secuestrador, al principio no se dio cuenta de que los aldeanos lo reconocieron. Pero cuando lo hizo se adentró en el bosque que estaba en los alrededores de la aldea, ya que los aldeanos lo intentaron perseguir. Una vez en el bosque, se cayó dentro de un agujero sin salida y muy profundo, en el que había huesos humanos.



El secuestrador al verse a oscuras y con un montón de huesos a su alrededor, intentó averiguar la salida. En el agujero había diversas piedras que le podrían servir como escalera y salir. Los aldeanos, mientras, fuera, estaban con palos, piedras,…esperando su salida.
El secuestrador no sabía que hacer, pues si salía, los aldeanos lo detendrían, pero no se podría quedar allí eternamente, pues moriría de sed y de hambre. Pensó que sería mejor entregarse.

Cuando salió, empezó a correr. Los aldeanos le siguieron, pero el secuestrador los distrajo, escondiéndose detrás de un árbol. Los aldeanos no lo encontraron, y consiguió escapar. Se hizo de noche y salió a buscar refugio. El secuestrador tenía mucha hambre. Buscó comida y se encontró con un jabalí y lo mató. Después hizo una candela y se lo comió.

Cuando se hizo de día, el secuestrador se despertó con el canto de los gallos. Miró si había algún aldeano, pero afortunadamente para él, no había nadie. Se fue de aquel refugio. Mientras iba caminando fue pensando en lo que había hecho, y se dio cuenta que había sido un hombre malo. Fue hacia la aldea y pidió perdón a los campesinos. Nada más escucharlo lo perdonaron.


Los aldeanos le propusieron una serie de tareas a realizar: barrer el pueblo, ayudar a los aldeanos que lo necesitaran, entregar todo lo robado, cuidar de los niños mientras que los padres trabajan y finalmente ayudar al cura a realizar sus tareas. Todos los aldeanos se reunieron un día en la plaza del pueblo y decidieron terminar la reconstrucción del pueblo. Para los niños que se quedaron huérfanos decidieron construir un refugio para que pudieran vivir. El se ofreció voluntario para dirigir el refugio.


Una noche llegó al refugio del pueblo su hermano gemelo. Metió al hermano bueno en el sótano y se hizo pasar por él. Convenció a los aldeanos que lo mejor era dar en adopción a los niños a familias de alto poder adquisitivo. Pero en realidad, su idea es aprovecharse de ellos llevándose a estos niños a la India, para trabajar y explotarlos laboralmente en empresas textiles, y los empresarios le pagaban a él dinero por cada niño. El negocio iba viento en popa. Los aldeanos confiaban en su buena obra, hasta que un día su hermano, que llevaba cuarenta días en el sótano, consiguió hacer un túnel, y pudo salir al jardín. 

 El convocó a los aldeanos y les explicó todo lo sucedido. Les contó lo que su hermano estaba haciendo. Fueron todos al refugio, y cuando el hermano impostor, los vio llegar, huye.
Al día siguiente convocaron una asamblea para decidir que hacer. Todos optaron por ir a buscar a los niños, pero ¿quiénes irían a la India? Decidieron que fueran el Alcalde, y nuestro protagonista, que se llamaba José Juan.

A medianoche, pusieron rumbo a la India. El viaje se hizo largo y pesado. De madrugada llegaron al hostal Continental para descansar.

Las habitaciones presentaban un aspecto deplorable: cucarachas, telarañas, mugre en las cortinas, filtraciones en las paredes, etc. No consiguen conciliar el sueño, pues en la parte de arriba se escuchaban muchos ruidos y pasos. El alcalde bajó a recepción, para pedirle al recepcionista que subiera a darle un aviso a las personas que se hospedaban  encima. Dio al timbre varias veces, pero tras un tiempo prudencial decidió subir él mismo. Cuando va a llamar a la puerta, se da cuenta que esta está entreabierta. Le recorre un escalofrío por todo el cuerpo. Tiene pánico.
- ¿se puede?- dijo el alcalde con voz temblorosa. Allí no contestaba nadie. Ventanales abiertos, muebles rotos, y manchas de sangre por la habitación.

Tras esto, corrió escaleras abajo a llamar a José Juan. Este estaba dormido. El alcalde lo despertó con inquietud. Se despertó sobresaltado. El alcalde le contó todo y estos volvieron a subir.
José Juan se quedó petrificado al ver la escena, pues intuía que había pasado algo malo. Entraron sigilosamente en la habitación. Hacía frío. En una esquina yacía un hombre moreno, ensangrentado, con las manos sobre el abdomen para taponar la herida.  Cuando se acercaron a él, agonizando dijo: “ha sido él”, señalando con el dedo índice a José Juan. Estos quedaron desconcertados al escuchar la declaración. Pensaron que como había perdido tanta sangre, estaba delirando. Poco después, el hombre muere.
Antes de marcharse de la habitación, tropezaron con una carpeta. José Juan la cogió y la abrió. En ella se encontraron documentos sobre contratos falsos para niños menores que trabajaban en fábricas textiles de este país. En los documentos había fotos y datos de todos los niños que habían salido de su aldea, y que estuvieron a su cargo en el Refugio. Podíamos ver la firma de su hermano, Isaac Quintero. Ahora entendíamos por qué había muerto este hombre. Era un policía indio que estaba siguiendo los pasos de Isaac y su red, y el negocio de niños robados. Decidieron no hablar con la policía india. Se quedaron con las pruebas, y esa misma noche se marcharon del hostal. Nadie los vio salir.

Abandonaron la India y volvieron a su país con todas las pruebas. Pero tras ellos iba la red mafiosa que pretendía recuperar las pruebas.

Pero José Juan decidió ocultar las pruebas en un viejo túnel, de una mina abandonada, cerca de la aldea. Se dejó ver por la aldea. Al día siguiente tomó su coche para despistar a los mafiosos y alejarlos de las pruebas.
Los mafiosos estuvieron siguiéndolo durante varios días, hasta que lo perdieron de vista. Al no encontrarlo, fueron a su antigua aldea. Allí presionaron a los habitantes para poder saber donde se encontraba José Juan. Los mafiosos amenazaron a los aldeanos  y les dijeron que si en un plazo de 5 días no aparecía, empezarían a matar gente del pueblo, hasta que apareciese José Juan.

Cuando José Juan no pudo con la presión, y para evitar derramamientos de sangre, decidió presentarse, con unas pruebas falsas. Los mafiosos cogieron las pruebas, y, a José Juan como rehén. Se lo llevaron a la ciudad, y una vez allí, se refugiaron en el piso franco que la banda tenía en la ciudad. Esperaron al cabecilla del grupo para entregarle las pruebas. El cabecilla no era otro que su hermano gemelo, Isaac Quintero. José Juan al ver que era su hermano se temió lo peor, ya que su hermano reconocería los documentos falsos. Isaac se lo esperaba y empezó un proceso de tortura para que confesara donde se encontraban los verdaderos documentos. Al saber que no iba a declarar, decidieron ir a por una amiga de José Juan de la infancia, que se llamaba Rocío. Al final, al ver que eran falsas y que Isaac amenazaba con matar a Rocío, José Juan dudó, pero se mantuvo firme, porque él sabía que Isaac estaba enamorado de Rocío. Sabía que con Rocío, Isaac sería amable y cariñoso. Isaac se vino abajo y dejó libre a José Juan.
Al final, los aldeanos, ayudados por José Juan, llevaron las pruebas al juez. Condenaron a Isaac a cien años de cárcel. Una patrulla de la policía rescató a Rocío.




Pero a Isaac le quedaba una última carta, y cuando creía que le iban a detener para llevarlo a la cárcel, se atrincheró en su piso y antes de que la policía asaltara la vivienda activó el botón de una bomba. ¿Qué tipo de bomba sería? ¿Quizás una bomba nuclear? ¿Qué alcance tendría? ¿Cuántos morirían? Mientras todos permanecíamos tensos, sin aliento, y temiendo lo peor, podíamos escuchar las risotadas enloquecidas de Isaac dentro de la vivienda. Sólo nos quedaban 5 minutos, cinco minutos para todo, para una eternidad, para un último análisis de nuestras vidas.

Y cuando todo parecía ser el fin del mundo, al menos el nuestro, una heroína anónima, y desde dentro, se encargó de cortar el cable azul que nos liberaba de nuestros pesares.
Solo, ¡Gracias Rocío!

FIN.

martes, 29 de mayo de 2012

Sentimientos encontrados

Sentimientos encontrados.

Hay veces que abro los ojos
y miro hacia atrás.
Dime, pequeño, ¿dónde estás
cuando ya no puedo levantarme?
Cuando mi cuerpo cae
agotado a la arena
y las ganas de luchar
ya se han esfumado.

Hace tiempo que perdí
la capacidad de ver tus ojos
brillando entre el gentío.
Ahora, sólo un baile
de promesas rotas
acompaña tu presencia.

Y cuando desapareces
me pregunto si aquella
sería la última vez que pude verte.
Si tus sonrisas ya no
alumbraron más mis días,
si ya no serás la causa
de mis alegrías.

Cuando creía haberte olvidado
vuelves y me abrazas,
como si no pasara nada.
¿Sabes el daño que hace tu solo roce
sabiendo que tú corazón ya no me pertenece?

Y si te pregunto:
¿Por qué has vuelto?
tú sólo te alejas,
sonríes en la distancia
y contestas:
"hablaremos mañana, princesa"
Y van pasando las horas,
los días, y sigo
anclada a esa promesa...

Pasan las semanas, los meses,
los años, y te encuentro
de nuevo donde nunca lo esperé.
Has cambiado mucho, pero...
¿Cómo no reconocer tus ojos,
tu sonrisa, tus dedos
acariciando mi cabello
mientras susurrabas que me amabas...?

Antiguos sentimientos encontrados.
Sé que jamás lo he superado,
que no je dejado de amarte
sufriendo en silencio,
llevando a la tumba
mi secreto.

Me miras, me reconoces, me abrazas.
Me aseguras que no hubo día
que de mí no te acordaras.
Y cometo el estúpido error de preguntar:
¿Acaso aún me amas?

Sólo consigues mirarme
y compasivamente contestas:
"Te sigo queriendo, chiquilla,
pero no de esa manera".

Mi mundo derrumbado una vez más.
Debo desterrarte de mi corazón y alma,
debo olvidar que te amaba y aún te amo.
Debo encontrar las ganas de continuar
con un camino que dejé a medias
y pegar patadas a las piedras
que sólo me hacen caer.

Y si te pregunto:
"¿Por qué has vuelto?"
tú sólo te alejas,
sonríes en la distancia
y contestas:
"Hablaremos mañana, princesa".
Y van pasando las horas,
los días, y sigo
anclada a esa promesa...

Y van pasando las horas,
los días, y sigo
anclada a esa promesa...

Esa promesa...esa promesa.

Amalia Fontinhes Bancalero. 2º ESO "C".

jueves, 17 de mayo de 2012

CUENTOS DE EUROPA



                                                                                             
Para conmemorar el Día de Europa, 9 de Mayo, se ha realizado una actividad de lectura sobre Cuentos originarios de distintos países de Europa.
Esta actividad queda recogida en el Grupo de Trabajo de Fomento de la Lectura. Se ha llevado a cabo durante los días 7, 8 y 9 de Mayo con los grupos de 1º y 2º de la ESO, y en 3º y 4º de Diversificación, y dirigida por los profesores que les imparten la asignatura de Lengua Castellana y Literatura.
La actividad comprende dos objetivos:
  1. Conocimiento de los países de Europa y la literatura de estos países a través del subgénero del Cuento.
  2. Realizar ejercicios de Lectura.
A continuación aportamos los títulos de los cuentos y su procedencia que se han leído durante estos tres días.
Listado de Cuentos.