Dentro del Programa "Extremadura 2030: Economía verde y circular", y continuando con el estudio del aprovechamiento de la dehesa, el Departamento de Tecnología del IES Ramón Carande llevó a cabo el día 6 de febrero una actividad extraescolar con los alumnos de 2º de ESO.
Acompañados por sus profesoras Mª Teresa Hernández Molín y Laura Pilar Lara Aldana, visitaron las industrias locales de "Corchos Jerez" y "Compagnie Extremeña de Liege".
En la primera, fueron recibidos a la entrada por el responsable de la empresa, Francis Avellí, que explicó el origen del corcho y la importancia del alcornoque en la dehesa.
En esta industria, conocieron las diferentes técnicas de tratamiento del corcho para su posterior transformación en multitud de productos.
Pudieron observar lotes de corchos de diferente procedencia como de la Sierra de Córdoba, de Cádiz, de Huelva, o de Cáceres, además de la dehesa de nuestra ciudad.
Después de dejar la materia prima al aire libre para que pierda la savia, los palés de corcho se llevan a la caldera donde son cocidos a más de 110ºC para quitarles las impurezas y darles una mayor elasticidad. Posteriormente se dejan secar, y se clasifican en diferentes lotes según calidades y procedencia.
Además del proceso industrial, tiene una gran importancia la labor artesanal de los trabajadores. Los alumnos observaron y valoraron el trabajo de algún empleado que "rebanaba a cuchilla los cuartos de corcho" como antaño, y tal como también cuenta una típica canción local.
Más tarde, en esta industria se completa el proceso con la comercialización a otras fábricas de transformación para la elaboración de variados productos, así como a plantas embotelladoras de vino principalmente de Italia y Francia.
Los alumnos, posteriormente se desplazaron a la industria de fabricación de tapones "Compagnie Extremeña de Liege", donde fueron recibidos por empleados de la empresa, y observaron cómo a partir de tiras de corcho y mediante un sistema automatizado, se van obteniendo los tapones de diferentes calibres, según el destino. Luego, Antonio Correa les explicó que se acumulan en silos, y son llevados a un secadero donde se les reduce la humedad hasta el 6-8%.
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