Los alumnos de 2º de Bachillerato
disfrutamos de un estupendo viaje a Italia que fue realizado durante los días
20, 21, 22, 23, 24 y 25 de marzo. A lo largo del viaje visitamos varias
ciudades italianas y fueron unos días muy buenos para aprender y conocer cosas
de una forma diferente a la que
habitualmente hacemos en el centro.
Después de muchas rifas, ventas
de dulces navideños y divertidos espectáculos en el Cine Teatro Balboa, el 20
de marzo salimos desde el instituto a la 1 de la madrugada hacia Lisboa. Tras
llegar a la capital portuguesa, estuvimos esperando con caras de sueño en el
aeropuerto, hasta que al amanecer subimos al avión con destino Milán.
En Milán conocimos a Jorge, el
guía que nos acompañó durante todo el viaje. Desde allí salimos hacia Verona, la
ciudad más romántica de Italia, cuya visita estuvo pasada por agua. Allí
visitamos la Plaza del Erbe o el patio de Julieta, donde algún enamorad@
escribiría su nombre en los muros.
Por la noche llegamos a Venecia,
donde nos alojamos en la isla Lido di Jesolo para visitar la ciudad al día
siguiente. En Venecia, visitamos la impresionante Plaza de San Marcos y
anduvimos por sus estrechas calles atravesadas por los canales en los que
navegaban las famosas góndolas. También estuvimos en el barrio de Rialto.
Durante el día 22 estuvimos en Florencia pero antes hicimos un alto en el
camino para visitar Padua, conocida por su Basílica de San Antonio. En
Florencia anduvimos por lugares de gran belleza como su artística catedral o el
Puente Viejo, entre otros.
Antes de llegar a Roma, nos detuvimos en Siena, una de las ciudades más
bonitas de las que pudimos disfrutar en este viaje. Esta ciudad se
caracterizaba principalmente por su estilo medieval, algo que pudimos comprobar
cuando recorrimos sus calles.
Roma nos esperaba el día 23 para visitar el Vaticano con su Capilla Sixtina
y la Plaza Navona. Por la noche, anduvimos por las calles cercanas a esta plaza
en las que muchos de nosotros cenaríamos pizza o pasta, dos platos que se
convertirían en una constante durante todo el viaje. Además, visitamos a media
noche la hermosa Fontana di Trevi.
El día 24 visitamos el coliseo romano, unos de los monumentos más
emblemáticos de toda Italia. Este día coincidió con el Domingo de Ramos, por lo
que volvimos al Vaticano con la esperanza de ver al recién estrenado Papa
Francisco I, algo que no se pudo conseguir. La Plaza de San Pedro estaba
abarrotada en aquel momento.
Por la tarde, vimos la Plaza de España y después tuvimos bastante tiempo
libre para hacer unas compras y perdernos por las calles romanas. La mayoría
prefirió recorrer la Vía del Corso, una de las calles principales de Roma. Unos
aprovecharon estas horas libres para ir al Panteón Romano o a la Plaza de
Venecia, mientras que otros regresaron a la Fontana di Trevi. Después de esto,
nos reunimos en la Plaza del Popolo para cenar más tarde en el peculiar barrio
del Trastévere.
La última noche la pasamos en un hotel laberíntico de Roma, un lugar en el
que se produjo una anécdota que podríamos destacar. En el hotel, uno de
nuestros compañeros resbaló por las escaleras y se raspó el brazo. Bajamos a
recepción a por el botiquín, pero no sabemos si nuestra pronunciación era algo
deficiente o si el cascarrabias del recepcionista estaba mal de la cabeza, pero
él nos ofreció una especie de bote de 3 en 1 corrosivo para el metal. Finalmente,
gracias a las profesoras se solucionó el problema y todo quedó en un susto.
El día 25 regresamos a España. Poco antes de llegar, una compañera leyó una
emotiva carta de agradecimiento hacia nuestras profesoras Maribel, Doña Marcela
y Antonia, ya que gracias a ellas el viaje fue posible.
Finalmente, llegamos a Jerez muy cansados aunque muy contentos por la
bonita experiencia que nos ha supuesto este viaje del que somos conscientes de
que solo se puede hacer en esta etapa de nuestra vida y que difícilmente
volveremos a realizar todos juntos.
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